





Conserva. Cultivar el huerto y recoger la cosecha (tomate, berenjena, pimiento, judía…), amontonar y lavar botellas y tarros de vidrio, mantener vivo el fuego, escaldar tomates, pelar, embotar, dejar enfriar, guardar. Y tiempo.
Tiempo consumido por la subsistencia, la familia; la hacienda necesitada de todas las manos: fuerza para las calderas, rapidez, orden, limpieza, los dedos de los niños para atiborrar de tomate los estrechos cuellos de las botellas. Chorretones por todos lados. Piel escocida.
Guardar para comer, para vivir. El invierno consume el fruto del verano. ¡La naturaleza y sus ciclos!
Conserva casera: hoy solo un recuerdo de lo que fue necesidad, solo una tradición, un tiempo de encuentro, de fiesta familiar, de regalo.
Tiempo.
Y el sabor que se fue.
Y el recuerdo de los que ya no están.
ÒLEEEEE…!
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