BOTINES ROTOS

 

BotinesRotos

Ese botín no tiene arreglo, por mucho que me insista el criado y por mucha levita que se gaste.   Si arregláramos todo lo que nos llega al taller ¿cuándo venderíamos el calzado nuevo?.

El viejo usurero, compró sus botines hace siglos, y se empeña año tras año en que le cambie la seda y renueve la suela. Se ahorra cuatro chavos que son los que pierdo yo en trabajo y material que no cobro. Así tiene las arcas llenas el sinvergüenza, a costa de abusar de los otros.

– Dile a tu amo que este año no le arreglaré los botines. Ya no tienen arreglo, son muy viejos, y están rotos de la suela a la seda.  Tendrá que comprar unos nuevos. Le haré buen precio.

El criado le miró sorprendido,  devolviéndole en la mirada la ira que temía en la respuesta de su viejo amo, acostumbrado a la sumisión de todos los que le debían algo.

– ¿Estás dispuesto a perder tu taller por no arreglar un botín? –le gritó al viejo maestro con tanto desprecio como admiración.

 – No tocaré otra vez esos botines rotos, me contagian su tristeza.

9/10/2017

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