Acudían a aquella oficina porque sabían que el director les facilitaría el crédito sin exigirles garantías y en condiciones muy ventajosas. Eso se comentaba en la calle. Parece que sus superiores ya se han apercibido del caso, pero dada la avalancha de clientes, lejos de amonestarlo, mantienen una actitud cauta, con el objetivo de introducir en los protocolos bancarios las mejoras que puedan derivarse de la experiencia.
Hasta la fecha, se ha podido constatar el descenso del nivel de morosidad en las cuentas de la oficina y un incremento del índice de felicidad en el barrio. El Banco de España ha ordenado una auditoria en profundidad a fin de estudiar todas las posibilidades de replicar una iniciativa tan brillante en sus resultados. Si se consolidan los datos estaremos ante un nuevo modelo de banca, exitosa y humana. ¿Quién podrá dudar de su bondad?.
2/06/2017
CUADERNO DE UNA SETA 
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