Aquello no se volvió a comentar en la familia. Todos tenían su razón para el olvido: vergüenza, dolor, miedo, soberbia, traición, cobardía, hambre, envidia, ndolencia. Todos callaron.
Aquel silencio generaba un ruido estridente que no dejaba vivir a nadie. Pasó de padres a hijos y de generación en generación: piezas inconexas de un puzle incompleto.
16/06/2017
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