Estaba harta. Harta de ir de mano en mano, de que se la pasaran unos a otros; harta de manoseos, de músicas, de ruidos, de esperas, de corridas; harta de ir siempre colgada del brazo de alguien, de no probar nunca el vino bueno. Sólo una fuga la libraría de su condena.
Dedicado a Marina Leal, por lo de las botas.
11/05/2017
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