Tirando de hemeroteca tuitera, a uno de los nuevos concejales de Madrid, Zapata para más señas, del grupo de Manuela Cármena, le han sacado unos cuantos Twuits escritos en 2011, en los que hace chiste de los judíos ejecutados en los crematorios nazis, de la tortura de las niñas de Alcàcer, o de las amputaciones de Irene Villa a manos de ETA. Según él, estaba explorando los limites del humor (negro).
Comparto la teoría de que el HUMOR (incluso el negro), así en mayúsculas, es uno de los mayores antídotos contra enfermedades, penas, ausencias y distancias. Y a la vez es el mejor pegamento social, la mayor vitamina y fuente de calor y de energía. Por eso mismo creo que humor que veja, humilla, ofende, maltrata, zahiere, no es humor, es otra cosa, y no hace ninguna gracia, ni ninguna falta.
No me preocupa, que este tipo, soltara esas perlas hace unos años, cuando dice él, sólo era un anónimo. Me preocupa que ese sea su talante, su actitud, su manera de estar, de interpretar la vida, de acercarse a los otros, de hacer humor. Eso si me preocupa.
Como también me preocupan los vociferantes, que exigen dimisión, mientras escupen ira y callan cuando las ofensas parten de su bando, aunque vayan cargadas con la misma pólvora y maten de la misma muerte.
El humor tiene un límite. El cinismo también.
17/06/2015
CUADERNO DE UNA SETA 
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