Sé que los monstruos están aquí, son pequeños, verdes y húmedos, siempre agazapados, esperándonos. Se esconden en la cisterna del váter, callados y quietos, hasta que uno de nosotros tira de la cadena, y entonces braman todos a la vez como imitando el estruendo de un sifón gigante que amenaza con tragarnos de un solo bocado. Cuando nos ven correr por el pasillo muertos de miedo, intentando disimular, buscando ponernos a salvo, vuelven a arremolinarse y a dormir. Nos esperan.
2/07/2018
Deja una respuesta