Reseña: LOS NIÑOS TONTOS

Matute1

Ana María Matute. 1956

Por muy amantes de los libros y/o lectoras empedernidas que seamos, a veces, nuestros criterios para comprar de libros, pueden ser de lo más variopintos y peregrinos. No es extraño acabar eligiendo lecturas como compramos fruta: por el tamaño, el olor, el precio, la apariencia.  Nos llama la portada, el color, el peso, el titulo…  ¿Por qué elegimos uno y no otro?.  ¡Vete tu a saber!, posiblemente haya tantos criterios como momentos, libros y personas somos.

Reconozco que tiendo a elegir libros que pesen,  lo escuálido, por naturaleza,  siempre me resulta sospechoso, quizás llevada por esa falsa idea de que a más palabras, más historia y más placer.  Sufro cuando atisbo de lejos el desenlace, cuando el grueso de las hojas cae del lado leído.

Y de repente con los “deberes” se cuela en la biblioteca un libro pequeño,  raquítico, cuyo disfrute va en proporción inversa al número de páginas que contiene, y disfrutas leyendo cada una de sus historias, sus expresiones, sus imágenes inmensas, lo que dice, y lo que deja a la propia imaginación.

El libro “Los niños tontos”, de Ana María Matute apenas contiene una treintena de páginas, en las cuales compone 21 relatos cortos, algunos muy cortos, que se leen como se comen las cerezas: enganchados, uno tras otro, con avidez, con deleite, evocando la propia infancia, despertando la capacidad de sorpresa aletargada.

Todos los cuentos están protagonizados por niños,  pero no son cuentos para niños, salvo que les queramos provocar pesadillas, y poner en la cabeza ideas poco apropiadas.   La inocencia y lo atroz caminan entretejidos en un lenguaje poético, bello, evocador. Con ese punto de magia y la imaginación desbordante con el que adereza su obra Ana María Matute.

La luna, el agua, las estrellas, el fuego, la noche, los colores,  toman nuevos significados  y son todo eso y más.

Relatos que sorprenden, emocionan, evocan…

Y no puedo dejar de sonreír al recordar al trasgo borrachín que nos regaló la Matute, quien sabe,  si con él llegó a compartir algún que otro gintónic.

16/03/2018

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