La noticia del día es la muerte de la Duquesa de Alba. El panegírico en las televisiones no tiene límite. El morbo tampoco.
No voy a ser yo la que diga que esta mujer no me parecía, glamurosa, original, divertida, locuela, musical, empoderada. No le hubiese hecho ascos yo, a tomarme unas cañitas con ella.
La simpatía del personaje hace que perdamos de vista que ella y su linaje son una clara manifestación, de cómo la herencia constituye el elemento determinante de fortuna (que no el trabajo), lo cual nos hace a todos más desiguales, y a las sociedades más injustas.
Pero no hay que tomarse el día tan a la tremenda.
Sin duda el comentario de nota del día ha sido el de Alfonso Guerra. Ha venido a decir el hombre, que la Duquesa “fue una mujer muy libre y muy valiente”.
Y digo yo, que si tener la octava fortuna de España, no te sirve para ser libre y valiente, ¿para qué te sirve entonces?. Por estas tierras alguno le diría al sempiterno Guerra “Amb diners, torrons”.
En todo caso, nada quita la parte humana. Descanse en Paz.
20/11/2014
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